Tras la Segunda Guerra Mundial, los habitantes de Reggio Emilia, en Italia, construyeron una escuela para niños. Fue una escuela que surgió del esfuerzo y la ilusión, sobre todo, de las mujeres viudas tras la guerra. La enseñanza de los niños estaba en manos de educadores con un pensamiento muy abierto y lleno de energía.


Eva Martín ha llevado a la práctica estas ideas pedagógicas creando la escuela infantil Reggio en Madrid. Para ello, ha contado con la financiación de Triodos Bank. La escuela abre todos los días del año para ofrecer educación a niños de 3 meses a 6 años. En ella se llevan a cabo actividades como cuentacuentos, ludoteca, teatro, conciertos o campamentos de verano bilingües.


La escuela infantil Reggio ofrece un lugar donde aprender por medio de la experimentación, creando un clima de afecto y seguridad, donde se favorece la autonomía y se valora la singularidad de cada niño. “Este método incide en la importancia de la motivación y el placer de aprender con el propósito de potenciar la fantasía creadora del niño”, afirma Eva.