El envejecimiento acelerado de la población en España plantea un desafío demográfico significativo. En el sector de residencias de mayores hay una brecha creciente entre el número de plazas necesarias y las disponibles.
Pero no es sólo una cuestión de aumentar el número de plazas. También hay que mejorar la calidad de la atención y adaptar los espacios para satisfacer las necesidades físicas y mentales de los y las residentes y responder a sus preferencias.
La evolución del modelo residencial para personas mayores se orienta hacia la inclusividad y la personalización, con unidades más pequeñas, habitaciones individuales y mayor integración en la comunidad.
Para adaptarse a esas necesidades y demandas cambiantes es necesaria una inversión importante en la renovación de los cuidados en los próximos años.