Caída libre es una exploración psicológica de una persona que se ha visto obligada, por sus circunstancias, su trabajo y por su carácter a ser despiadada incluso consigo misma. Cuando todo se derrumba a su alrededor, la forma en la que reacciona hace que el espectador se llegue a plantear si es víctima de una injusticia o simplemente recibe su merecido.

¿Consideras que la película es una historia de autoaceptación o más sobre cómo algunas personas buscan avanzar a partir de la subyugación de la gente que tiene alrededor?

Es una historia de individuación. Es un viaje de la sombra a la luz. Marisol es una mujer que no quiere ver sus defectos. Se ha hecho muy fuerte porque de alguna forma la vida la ha hecho así. El sitio que ocupa en la profesión, de competitividad, de competición, de dominio, no le permite enseñar sus vulnerabilidades o su feminidad.

Acaba siendo un tractor que pisa a quien tiene que pisar. Cuando no te das cuenta de tus defectos y tus fallos la vida te pone piedras en el camino. Ella no se permite ni mirar a su alrededor ni empatizar. No piensa que pueda parar. Es un deportivo que va a 200 kilómetros por hora con el freno de mano puesto.

¿Qué te llevó a contar esta historia? ¿Piensas que estos comportamientos están asentados en la sociedad actual?

El personaje que inspiró a Marisol es una entrenadora de gimnasia rítmica rusa Irina Viner. La descubrí en un documental que se llama “Over the limit”, creo que el título habla por sí solo. A mí me gustan mucho los personajes complejos y que están en el límite del bien y del mal. Lo que me interesa de ellos es saber que los ha llevado a ser como son y hacer las barbaridades que hacen, no para justificarlas sino para entenderlas.

Pienso que es muy interesante dejar el juicio aparte y entender con bondad y generosidad las conductas no apropiadas o políticamente incorrectas. Marisol, como todos los insectos muy delicados, tiene una coraza muy fuerte. Ha desarrollado una piel muy dura precisamente por el miedo que le da ser herida. Ella cuando más mala se hace es cuando más daño le hacen. En aquel momento cuaja una coraza y va a degüello con la vida.

La gente que hace mucho daño normalmente ha sufrido lo mismo antes antes. ¿Qué hace que una persona sea arisca? ¿Qué hace que una persona no sea capaz de sentir amor? ¿Qué hace que una persona sea antipática?

Me gustan mucho estos personajes. Quiero entenderlos y saber cómo son. A veces todo esto es gratuito pero muchas veces lo que hay detrás son personas muy delicadas.

Uno de los aspectos que más interés me despertó al ver la película es el comportamiento de Octavio: no terminamos de conocer bien sus motivaciones. ¿Es posible que él tampoco lo haga y actúe de una forma emocional o instintiva?

Hay muchos hombres cómo Octavio. Lo importante es que ella está obsesionada con él, aunque no sea alguien especialmente brillante, solo es guapo y tiene un trabajo que les ha dado un buen nivel de vida. Pero la obsesión está en ella. Se adhiere como una lapa a un hombre que de alguna forma la valida y le da seguridad.

El encuentro con otra persona es muy complejo, hay mucho de proyección personal y en una hora y media no tenía tiempo de explicar el personaje de Octavio. Al fin y al cabo, su función es generar una serie de estímulos a los que Marisol reacciona, sus motivaciones nos dan igual porqué a ella también le dan igual.

Marisol (interpretada por Belén Rueda) es una mujer dura con una máxima, “no se llora”, que llega un momento que rompe por una emoción positiva. ¿Es tu forma de mostrar que en una personalidad nada es blanco o negro o querías regalarle algo de luz a este personaje?

Para mí, el temblor de cuando ve el marido con la amante, cómo reacciona de una manera tan exagerada y después cuando se abofetea a sí misma para no perder la compostura son muy importantes. Tan abrumador que le hace expresar sus sentimientos de esa manera. Dejarse llevar por los sentimientos no es productivo y por lo tanto no puede ser bueno. Por eso es importante su aprendizaje, mostrado cuando llora de alegría cuando ve a la gimnasta siendo feliz haciendo el ejercicio y se deja llevar por algo redondo y suave.

Su gran viaje es poder llorar. ¿Cuántas personas no se permiten llorar, soltarse o comunicar algo que les puede hacer sentir vulnerables? Para mí era muy importante este trocito al final de la película se permite llorar de alegría. Hablamos de alguien que se reprime una barbaridad y tiene unos sentimientos que no sabe manejar.

Que al final ella se atreva a entrar al bar en el que abofeteó a la gimnasta y sienta la necesidad de tomar una cerveza porque eso es lo que está tomando todo el mundo la describe muy bien. Yo con Marisol he hecho un exorcismo. Hay algo de mí en ella y después de esta película creo que soy un poco mejor persona.

Laura Jou, directora de Caída libre
Belén Rueda y Laura Jou durante el rodaje de la película.

Cuando uno ve la película hay un momento que piensa que el personaje de Belén Rueda “recibe su merecido. ¿Es normal que nos cueste empatizar con un personaje así?

Lo que pasa con los grandes personajes, incluso los malos es que el espectador siente la necesidad de salvarlos. Los pones entre la espada y la pared. Esta sensación me gusta mucho, pero entiendo que no es para todo el mundo porqué es muy incómodo. A veces queremos ver algo bueno en un personaje malvado, queremos tener un hilito para tirar y salvarlo. Esta es la sensación que quería generar con Marisol. Quiero que la gente pase de pensar en lo mala persona que es a tratar de justificar que es como es y es muy buena en lo que hace en un entorno hipercompetitivo y duro. Quiero tener este pulso con el público que le obligue a estar activo. Quiero que el espectador se mueva en la butaca con recelo.

La escena con el bebé incomoda mucho. ¿Era esa la intención?

Marisol tiene una curiosidad bestial. Lleva 25 años con Octavio, ese bebé podría haber sido suyo. Inicialmente tenía que ser su catarsis, darse cuenta de que ese bebé tenía una vida por delante y una mirada limpia. Era un lienzo en blanco y en aquel momento ella también. Finalmente decidimos que fuese un momento en el que ella hace las paces con la herida que le provocó su marido por dejarla.

¿Qué nos cuentas del reparto? ¿Cómo es trabajar con una persona tan experimentada y reconocida como Belén Rueda?

Belén tuvo un pulso con este personaje. Marisol es muy complicada y tuvimos que hacer mucho trabajo de mesa antes de poder grabar. Al principio Marisol le parecía un monstruo. Pero al final se entregó a ella porqué es una actriz que le pone alma. Ha hecho un gran trabajo.

¿E Irene Escolar, siempre tan cuidadosa a la hora de elegir papeles profundos y que no dejan indiferentes a nadie?

Irene me hizo una propuesta de personaje que sabíamos que tenía que estar. Ella como el resto de los personajes secundarios tenía poco tiempo para brillar. Un caso parecido es el de María Netavrovana haciendo de la gimnasta. Parte de su personaje es autobiográfico, ella es una gimnasta refugiada de la guerra en Ucrania, así que adaptamos el papel a su realidad. Esto permitió que saliese una de mis líneas favoritas del guion, que es cuando Marisol le dice que esta oficialmente casada con ella cuando le arreglan los papeles.

En un plano más amplio, ¿cuál es el papel o el valor de la cultura en la sociedad actual?

Me preocupa el estado del estado del cine español. Ahora hay muchas producciones que están pensadas directamente para plataformas y que ni se plantea que vayan a la gran pantalla, que al final es lo que nos hace ilusión a los cineastas. Los directores y creadores tenemos que poner atención a los proyectos para plataformas porqué ahora son los que dan más dinero.

¿Piensas que está especialmente amenazada o los proyectos culturales siempre han experimentado dificultades de uno u otro tipo para salir adelante?

He tenido la suerte de contar con productores de cine comercial que me han permitido hacer películas que igual no tienen un gran presupuesto, pero si buenas condiciones. Creo que cada vez es más complicado hacer un trabajo autoral.

No hay censura, pero en el momento en el que alguien pone dinero para que puedas hacer tu película empiezan los cortes argumentales. Terminas haciendo la película que el resto quiere hacer, pero no la tuya. Hace falta mucha voluntad para levantar una sala.

Tengo la certeza que los directores más exitosos no son necesariamente los más talentosos o sensibles sino los más fuertes mentalmente para imponer su visión. Creo que de alguna manera afecta a la calidad y me genera cierta tristeza.

Un director nos contó que para él era más complicado encontrar la financiación para filmar una película que hacerla. Es una exageración, pero ¿tan difícil es encontrar el dinero necesario?

Si tú sabes qué película quieres hacer el rodaje es un viaje que es una gozada. El problema es todo lo de antes, la financiación que te aprueben el guion… Es un infierno y muchos se quedan por el camino.

¿Se trata de una barrera que “filtra” injustamente lo que se hace o no?

España está llena de películas que ni siquiera se han rodado que podrían haber ganado la Palma de Oro, no tengo ninguna duda. Yo doy clases de dirección en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC). El mejor alumno que he tenido no ha hecho ninguna película porque no tiene el carácter para aguantar más de un ‘no’ y nos estamos perdiendo un gran cineasta por ello.

Laura Jou

Laura Jou i Bonet (1969) es directora y profesora de teatro y cine. Desde que comenzó su carrera, Laura ha participado en 24 películas y 18 series desde diferentes aproximaciones profesionales. Algunas de ellas son El orfanato, Pa negre, EVA y Lo imposible. Su filmografía como directora incluye No me quites (2015), La vida sense la Sara Amat (2019) y Caída libre, recién estrenada en este 2024.