No se abordó el núcleo del problema: la eliminación de los combustibles fósiles
La COP29 se quedó corta a la hora de consolidar una hoja de ruta para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Los flujos financieros destinados al principal problema, los combustibles fósiles, siguen superando ampliamente a los destinados a soluciones. Los gobiernos de todo el mundo gastan aproximadamente 7 billones de al año en subvenciones a los combustibles fósiles y el sector financiero canaliza 650.000 millones de euros cada año hacia ellos, que perpetúa la dependencia.
Es necesario un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles
Los acuerdos alcanzados en la COP29 son insuficientes para limitar el calentamiento global a 1,5 °C y abordar la equidad climática. Es fundamental abogar por un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles. Dicho tratado establecería compromisos vinculantes para eliminar progresivamente los combustibles fósiles de manera justa.
Un llamamiento al liderazgo
Las instituciones financieras deben liderar la promoción de este acuerdo mundial y defender la reasignación de capital hacia las energías renovables y los sistemas sostenibles. El sector financiero debe actuar donde los gobiernos dudan, las instituciones financieras tienen una responsabilidad, no sólo para desinvertir de los combustibles fósiles, sino para acelerar la transición. En Triodos Bank vemos un camino claro: las finanzas deben ser un motor de cambio sistémico positivo. Poner fin a la financiación de los combustibles fósiles y apoyar soluciones climáticas equitativas, es la manera en la que el sector puede catalizar una economía justa y resistente.
El nuevo objetivo de financiación climática es insuficiente
La principal expectativa de la COP29 era establecer un nuevo y audaz objetivo de financiación climática que hiciera justicia a las necesidades de financiación para la adaptación y mitigación del cambio climático de los países en desarrollo. Los países más afectados por el impacto del cambio climático y que menos han contribuido a provocarlo. Se alcanzó un acuerdo para comprometer 300.000 millones de dólares anuales de aquí a 2035 y un llamamiento para recaudar 1,3 billones de dólares al año procedentes de una amplia gama de fuentes, incluida la inversión privada. Se trata de una fracción de los billones que el Sur global necesita para proteger a su población del cambio climático y hacer la transición hacia economías más limpias.
Algunos avances en el Fondo de Pérdidas y Daños
Un logro clave de la anterior COP fue el acuerdo sobre el Fondo de Pérdidas y Daños, diseñado para apoyar a las naciones afectadas de forma desproporcionada por los desastres inducidos por el clima. El fondo se puso oficialmente en marcha durante la COP29 y podrá empezar a distribuir dinero a partir de 2025; son pequeños pasos en la dirección correcta.
Mercados de carbono: avances, pero queda mucho trabajo por hacer
La COP29 puso en marcha un nuevo mercado internacional del carbono denominado Mecanismo de Acreditación del Acuerdo de París (PACM), que allana el camino para el comercio de unidades de carbono en el marco de un sistema mundial normalizado. Las decisiones importantes están ahora en manos de los organismos técnicos, que el año que viene trabajarán en metodologías y cuestiones de integridad como la permanencia, la adicionalidad y las líneas de base para los distintos tipos de proyectos de carbono. Queda por ver si el acuerdo y el trabajo técnico del año que viene permiten al PACM destinar dinero de forma eficaz y transparente a los proyectos adecuados de eliminación y secuestro de carbono.
De cara a la COP30 de Brasil, hay mucho en juego
El fracaso de la COP29 a la hora de asegurar acuerdos esenciales pone aún más presión sobre la próxima COP en Brasil, donde los países (ricos y pobres) tendrán que negociar con toda probabilidad una política climática aún más estricta, ya que el objetivo de mantener el calentamiento global preferiblemente por debajo de 1,5 grados es cada vez más difícil de alcanzar. Esto subraya la necesidad de un liderazgo transformador. El sector financiero no puede esperar, los bancos y los inversores deben liderar la reasignación de capital de la financiación de combustibles fósiles a soluciones climáticas. Ahora es el momento de actuar con valentía.
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