Empoderar a las personas mayores o potenciar su autonomía son algunas ideas que aparecen cuando reflexionamos sobre envejecimiento activo con profesionales de residencias de personas mayores que han contado con financiación ética para desarrollar su labor. Compartimos sus ideas.

Mantener la llama

“Evitamos que se apaguen las personas”. José Manuel Cárdenas y el equipo con el que trabaja son firmes defensores de la idea del envejecimiento activo. El gerente de Residencial Cervantes, en Villamayor de Santiago, Cuenca, explica cómo “las actividades las preparan ellos mismos desde semanas antes. Por ejemplo, cosen los disfraces y diseñan los materiales, con lo que se trabajan las destrezas manuales y cognitivas”.

Con cada “día internacional de” que lo merezca, con las fiestas populares más relevantes, como los Sanfermines, o incluso con excusas más banales, Los Cazafantasmas ha sido una de ellas, Cárdenas se reúne con sus compañeros y celebran una tormenta de ideas. Los resultados se pueden comprobar en sus redes sociales: actividades para todos los gustos, los de los usuarios, los primeros. “Les encanta participar y si vienen a grabarles para la televisión o la radio son los primeros que se ponen a su disposición. Es una terapia buenísima para ellos”, concluye.

El concepto “enjevecimiento activo” es la clave, pero su desarrollo admite tantas variantes como imaginación de los equipos gerentes, usuarios y familiares. Otro ejemplo es la experiencia de la Residencia La Molineta de Petrer, Alicante, donde optaron por poner en marcha un proyecto en el que la cocina mediterránea estaba en el primer plano. Los nietos de los residentes plasmaron en papel el saber culinario de sus abuelos. El trabajo fue conjunto y aparte de la ilusión generada y compartida se fortaleció la participación de las personas mayores en la sociedad traducida en un libro con 163 platos tradicionales: Las recetas de mi abuela. Los beneficios para la salud de este tipo de alimentación son evidentes y los económicos, procedentes de su venta, se destinaron a mejorar la propia residencia. En La Molineta, envejecimiento activo va íntimamente unido a la idea de promover la conexión con el entorno familiar.

Empoderar para la vida

“Dar vida a los años y no solamente años a la vida”. Se trata de una de las frases que desliza Josune Betanzos en la conversación. Ejerce su labor como trabajadora social en el centro Oizpe Egoitza, situado en Munitibar, Bizkaia. Para ella, envejecimiento activo se traduce como “el empoderamiento de la persona mayor para que siga viviendo de una forma activa física, psíquica y socialmente hablando”.

“Tradicionalmente, a los mayores se les veía como personas dependientes que no formaban parte de la sociedad, pero es obvio que no es así: participan en actividades del día a día asociativo, cuidan a otras personas, hacen ejercicio…” Pero lo principal, tal y como ponen en práctica en la residencia, es favorecer las oportunidades que tiene cada usuario para seguir creciendo como persona.

Y hacerlo es fundamental para el mantenimiento de su salud, sí, pero también para su autoestima. “Hay que centrarse en cada persona y potenciar su autonomía en la medida de lo posible”.

Análisis cualitativo

La demanda de prestación de cuidados a las personas mayores es creciente en una sociedad cada vez más envejecida. A la hora de conceder financiación, Triodos Bank tiene en cuenta que cada iniciativa se centre en las personas y preste un servicio de calidad que priorice la elección y autonomía del residente. Como señala José Antonio Carbonell, subdirector comercial de Triodos Bank: “La clave está en preguntarse: ¿Traería aquí a mis padres?.

19 DÍAS DE CUIDADOS POR CLIENTE DE BANCA ÉTICA
COMPROMETIDOS CON EL CUIDADO DE LAS PERSONAS

En 2016, Triodos Bank financió 422 residencias en toda Europa en las que recibieron asistencia alrededor de 35.000 personas mayores. Esto equivale a 19 días de cuidados por cada cliente.
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Texto: Víctor Regidor Sancho