Al igual que el ave fénix renace de sus cenizas, la naturaleza también lo hace y en ocasiones se encuentra con un apoyo más que positivo del ser humano. En Cataluña existen unos espacios denominados Parc de les Olors, parque de los aromas en castellano. El original de esta red ya extensa surgió en 2007 tras un incendio forestal que arrasó la finca y la vivienda de Pilar Comes en Vall de Ros, Barcelona.
Ante la adversidad y las nuevas reglas del juego, la idea: Pilar decidió sustituir los frutales y otras especies de su huerto por plantas aromáticas que cuidasen el terreno y que no necesitaran gran cantidad de agua, ya que el fuego también se había llevado tres fuentes.
19 parques de los aromas
A finales de año, este parque de los aromas tendrá 19 réplicas en la región, modelos que aúnan la producción, comercialización, divulgación e investigación siempre bajo la máxima del desarrollo ecológico y social.
“Decidí montarme este plan de jubilación activa, instalar el jardín y enseñarlo”, cuenta Pilar, doctora en Geografía y profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona. Las visitas llegaron y con ellas, el proyecto se aceleró. La industria quiso colaborar, un agricultor pidió apoyo para poner en marcha su parque, Cal Romà, y esto dio pie a la red que ahora existe.
“Nuestro modelo de econegocio se sujeta sobre cuatro patas, cada una del mismo valor que la otra, que se basan en aprovechar todas las potencialidades rurales”, explica la responsable. Uno de esos pilares es el de la producción, con cada parque centrado y altamente especializado en una especie concreta. Otro, la divulgación: institutos, grupos de amigos, particulares y otros colectivos ven y huelen lo que se hace en cada espacio, participan en talleres o incluso llevan a cabo en ellos sus propias celebraciones, actividades divulgativas incluidas.
La tercera línea obedece a la comercialización, directamente en las agrotiendas de los parques o en la comarca en la que se localiza cada parque de los olores, punto en el que también hay que citar su faceta como proveedores de las industrias cosmética y del perfume, entre otras.
I+D, muy presente
La cuarta pata es la investigación. LaXarxa Parc de les Olorsdesarrolla proyectos de I+D en los que tiene cabida desde la creación de nueva maquinaria hasta la recuperación de especies endémicas. Un ejemplo, el trabajo con una especie de tomillo: “En el proyecto Lusitania valorizamos una especie de tomillo que sólo se da en la península Ibérica. Se trata de una planta extraordinaria, con propiedades balsámicas increíbles y valía estupenda en cuanto a la fabricación de perfumes”, destaca como ejemplo la impulsora.
Edificio de paja, arcilla y arena
La construcción del edificio principal de la red, que ha contado con financiación de Triodos Bank, entra de lleno en estas cuatro áreas y también en la convicción de Pilar de trabajar con total respeto por su fuerte compromiso social y ambiental.
Los muros de la sede, localizada en el parque de los aromas de Vall de Ros, se han levantado con balas de paja y arcilla y se han rebozado con cal y arena. Materiales naturales que no dañan el medio y aportan gran control de la temperatura en invierno y verano, además de un potente aislamiento sonoro, son solo algunas de las ventajas de esta técnica de bioconstrucción. “Se trata del edificio de paja más grande de Cataluña. Son instalaciones modélicas para lo que debe de ser un edificio de parc de les olors”, asegura Pilar, consciente de que inspirará al resto de los parques de los aromas incluidos en la red.
Financiación en construcción sostenible y bioclimática
En 2014, Triodos Bank financió en toda Europa una superficie construida de forma sostenible de alrededor de 150.000 m², suficiente para albergar a unas 7.500 personas. Por otro lado, el montante económico destinado a operaciones de crédito para bioconstrucción y conservación del paisaje ascendió a 400,4 millones de euros durante el mismo ejercicio.
¡Muchas gracias por tu comentario!
Por favor, confirma tu comentario haciendo clic en el enlace del e-mail que has recibido.