Joaquín Araújo lleva 43 años acercándonos a la naturaleza, mostrándonos sus secretos y prodigios, pero también sus vulnerabilidades. En la transparencia está, según él, la clave para cambiar las cosas.
“A los que nos fascina la vida, siempre estamos con especiales ilusiones”. Tal vez eso explique la frenética actividad del naturalista Joaquín Araújo, autor de un centenar de libros, 340 documentales y 2.200 conferencias, entre otras actividades. “Casi todos los días toco tres o cuatro oficios distintos y casi diría que nueve a lo largo de cada semana”. ¿Y de dónde saca el tiempo? “Esa pregunta es la que más veces me han hecho. Pues la verdad es que me ha dado tiempo y me ha sobrado. Lo que ocurre es que el ser humano no sabe manejar el tiempo. Intentamos salvarlo como sea, acortarlo; pero cuanto más lo acortamos gracias a las nuevas tecnologías, también es menor nuestra percepción psicológica del tiempo”.
La naturaleza, dice, es una magnífica escuela. “Los naturalistas, por lo general, tenemos más facilidad para manejar el tiempo porque nos dejamos guiar por la biomímesis, la imitación de la naturaleza. Esta impone sus propios ritmos, sin prisas”. Él logra acompasarse a los ciclos de la vida durante los meses que vive retirado en su finca en Cáceres, dedicado completamente a su labor de agricultor ecológico y a plantar árboles.
“En el campo recargo pilas para la otra mitad de mi vida que se desarrolla en ciudades, trabajando en estudios de radio y TV, dando conferencias, escribiendo artículos, poemas…”. La obra de Araújo se caracteriza por un lenguaje poético propio, ya escriba ensayo, guiones o artículos de opinión. “La poesía es el lenguaje de la naturaleza. Todos los poetas son naturalistas y todos los naturalistas, lo sepan o no, son un poco poetas”.
Dimitir es un logro
Aunque le han tentado desde la política, él siempre ha preferido mantenerse al margen. Su independencia es, precisamente, uno de sus mejores logros. “He dimitido muchas veces porque mi capacidad de no aceptar lo que no me gusta es grande. Y la fortuna de poder hacerlo, también. Me siento tan orgulloso de mis dimisiones como de mis premios”.
Enemigo de maximalismos, aboga por la calma y el pacifismo. “Ser sereno, coherente y afable probablemente es la tarea más difícil que se pueda uno echar a la espalda”. De ahí que se enerve ante la imagen del ecologista alarmista y demagogo. “No hay más que ver la situación en la que estamos. Los que dicen que los ecologistas pecamos de pesimistas y quejicas son los que han convertido su propio modelo económico y de existencia en la mayor barbarie de la historia de la humanidad”.
“Los que dicen que los ecologistas pecamos de pesimistas y quejicas son los que han convertido su propio modelo económico y de existencia en la mayor barbarie de la historia de la humanidad”
La crisis económica ha quitado el protagonismo al cambio climático. La falta de interés radica, en su opinión, en la cosificación y mercantilización de la naturaleza. “Para destruir algo tienes que desproveerlo de su capacidad de cercanía. Nuestra civilización ha conseguido un alejamiento teórico, sentimental y práctico de la naturaleza. Todo lo que no es mercancía, no tiene valor. Pero las cosas verdaderamente importantes no tienen un valor económico. ¿Cuándo vamos a valorar el Producto Exterior Bello? Nosotros no somos capaces de hacer ecosistemas, bosques, montañas ni agua. Lo honrado es valorar lo que somos incapaces de hacer”.
“Nosotros no somos capaces de hacer ecosistemas, bosques, montañas ni agua. Lo honrado es valorar lo que somos incapaces de hacer”
Transparencia ¿Cómo cambiar las cosas? La clave para él es la transparencia, evitar la mentira con los demás y, sobre todo, con nosotros mismos. “Yo soy escritor y comunicador, para mí es absolutamente equivalente la transparencia del aire y del agua con la transparencia a la hora de comunicarse. Además, una y otra se retroalimentan. La opacidad creciente en el manejo de la información conlleva a la opacidad en las leyes de funcionamiento del sistema y la democracia, que a su vez destruyen la convivencia”.
La búsqueda de transparencia y coherencia le llevaron a cuestionarse cuál era el destino de su dinero a la hora de ahorrar. “De la misma forma en que todos podemos participar en la limpieza del mundo, todos podemos participar en la limpieza del sistema financiero. Creo que igual que el coche eléctrico y las energías renovables son la verdadera alternativa al problema energético, la banca ética es la verdadera alternativa en la banca, eso está claro”.
JOAQUÍN ARAÚJO
Nacido en Madrid en 1947 y militante ecologista desde hace 43 años, se considera sobre todo agricultor, pasión que descubrió con tan solo 4 años. Está escribiendo su libro número 94, además de haber participado en varios libros colectivos, organizar varias exposiciones y ser colaborador habitual en prensa, radio y televisión. Tiene en su haber 340 documentales, aunque le resta rodar aquel del que se sienta especialmente orgulloso. “No me gustaría morirme sin llevar al cine mi mejor libro La sonata del bosque”.www.joaquinaraujo.com
Fotografías: OTRA TOMA
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