Para el máximo responsable de Triodos Bank en España, vivimos un momento decisivo, en el que la nueva conciencia hacia una mayor responsabilidad social debe concretarse en más acciones concretas.
En los últimos tiempos, especialmente tras la crisis, vemos cómo surgen nuevos desafíos para los que todavía no tenemos respuestas. Asistimos con desconcierto a la ineficacia de los antiguos esquemas políticos, económicos y culturales para responder a los retos de hoy, lo que está generando una preocupante parálisis en un momento que demanda de soluciones creativas.
A su vez, la necesidad de lo nuevo se está manifestando de forma confusa. Vivimos un momento de cambio en el que vemos cómo surgen nuevos impulsos enfocados a la regeneración social en diversos ámbitos. Lo estamos viendo en economía, con movimientos como la economía del bien común, la economía circular o la economía colaborativa; en política, con nuevas fuerzas estos últimos años, y en el resto de nuestra actividad diaria con esa mayor sensibilidad social que se manifiesta, por ejemplo, en un tema tan serio como el de los refugiados.
Estos cambios nos demuestran que hay una nueva consciencia hacia una mayor responsabilidad social y una mayor participación de la ciudadanía gracias al poder que otorgan las nuevas tecnologías.
Sin embargo, junto a estas nuevas fuerzas de regeneración social, también vivimos grandes decepciones al ser conscientes de que el cambio deseado por muchos no acaba de pasar.
Queremos vivir en un mundo más abierto, pero seguimos construyendo muros cada vez más altos. Reclamamos globalmente elevados ideales, pero construimos sociedades cada vez más cerradas. Vivimos individualmente en tensión, o en resignación, para elegir en nuestro día a día entre dar continuidad al modelo del que venimos o arriesgar en pos de una transformación real.
Una tensión que en la mayoría de los casos es posible, pero que resulta extraordinariamente exigente. Si queremos cambiar como sociedad y a nivel individual, ya no hay excusas para no dar el paso porque existen alternativas para hacerlo prácticamente en todos los ámbitos. Existe una alternativa para el consumo responsable y la alimentación saludable, existe la posibilidad de tener un vehículo eléctrico o híbrido, es posible emprender de otra manera poniendo el foco en las personas y no en el beneficio económico, y financiarse a través de la banca ética.
Pero no damos el paso.
Necesitamos iniciativas que ofrezcan soluciones reales con un fino equilibrio entre su compromiso social y su viabilidad. Personas con coraje que emprendan y que se comprometan con sus profesiones. Ciudadanos responsables con sus decisiones económicas y de consumo. Recrear, en definitiva, una cultura de lo humano.
Es a partir de aquí donde empezaremos a construir un porvenir u otro según la opción elegida: optar por la vía de la transformación o la de la continuidad. Se abre un futuro incierto en el que cada vez es más difícil imaginar dónde estaremos dentro de 5 años.
Por eso es tan importante que seamos capaces de empezar a tomar decisiones desde esa responsabilidad del hoy con el objetivo de estar preparados para un mañana difícilmente predecible. Tenemos la oportunidad de empezar a elegir ahora mismo, a través de nuestras decisiones del día a día, hacia dónde queremos construir nuestro futuro.
Texto publicado anteriormente en Compromiso RSE.
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